martes, 16 de junio de 2009

El "albo" quebró años de adversidad ante la "U"

Una tarde con emociones y no apta para cardíacos es la que se vivió ayer en cancha de Universitario cuando al local le tocó enfrentar a Gimnasia y Tiro por la primera fecha de la segunda ronda y en la que terminó cediendo el clásico por 35 a 37.
Nada hacía prever que esta vez sería distinta, que este año sería diferente, y más aún con los primeros minutos en los que la "U" dio muestras del peso de su camiseta, con claras intervenciones del que más tarde se convertiría en lo único destacado del equipo, Martín Núñez, quien se encargó de convertir el primer penal y abrir el marcador.
Hasta ahí todo marchaba como siempre, como hace mucho tiempo, los locales estaban ganando ayudados por el primer try que vino de la mano de Raymundo Sosa.
El aliento del público se escuchaba de ambos lados y el "albo" cada vez gritaba más fuerte no sólo afuera, sino dentro de la cancha, poco a poco Universitario comenzó a mostrar las imprecisiones que luego se mantuvieron durante todo el partido, y fue allí donde la historia comenzó a escribirse de otra manera.
Un juego ordenado acompañado de individualidades como Juan Crivellini y Javier Irazusta daban muestras que a este clásico Gimnasia no lo quería perder y fue en el minuto 24 cuando los "albos" se pusieron arriba del marcador por 13 a 11.
Buen scrum, mayor dominio de los rucks fueron la gran diferencia para los dirigidos por Osvaldo Lico, que sin perder en ningún momento la concentración le estaban dando a la gente y a su hinchada el mejor partido desde hace muchos años, un clásico que sin tenerlos como favorito lo estaban ganando.
Los minutos pasaban y con ellos las continuas equivocaciones de Universitario, que no encontraba la concentración necesaria para dar vuelta el resultado. Gimnasia y Tiro, por su parte, aguantó los embates de los últimos minutos de su rival, y en una definición apasionante terminó sellando la victoria con un penal faltando sólo un minuto para el final.
"La diferencia la marcó la actitud y la entrega de mi equipo", resumió entre lágrimas Juan Crivellini, uno de los principales responsables de este sueño "albo".
Fuente: El Tribuno